La Llorona
(Canción tradicional mexicana)
Intérpretes
- Voz: Rosanna Franzese.
- Piano: Emilio Guerrero.
Fotografía
Montaje y edición
Sevilla (España) y Puebla (México), 4 de abril de 2020.
La obra
La Llorona es posiblemente la canción tradicional mexicana más famosa internacionalmente. Al parecer surgió en el estado de Oaxaca. Se trata de una breve melodía que fluctúa entre el modo menor y el modo de mi (también llamado frigio, tritus o tercer modo). Esto hace que suela armonizarse siguiendo tanto el modo menor, como la llamada cadencia andaluza, que está en el citado modo frigio, pero mayorizado. También es muy característico su ritmo ternario lento, parecido al vals, aunque nada tenga que ver con esta danza austriaca. Su forma es de canción estrófica sin estribillo.
La métrica de cada una de esas estrofas consta de cuatro versos, endecasílabos los impares, que riman entre si, y octosílabos los pares, que también riman entre ellos. Temáticamente, las estrofas mezclan el amor, el dolor y la muerte en un sinfín de estrofas (se han contado más de 500) que han dado lugar a decenas de versiones. En ellas, cada artista elige sólo algunas estrofas o bien crea alguna nueva sobre la celebérrima música.
Sus características hacen suponer un origen muy antiguo de la canción, que tal vez se remonte a la época colonial, en la que México formaba parte del Virreinato de la Nueva España, perteneciente al Imperio Español. Aún así, hay algunos investigadores que sostienen que podría haberse creado en torno a 1850, algunos años después de la independencia de España. Sin embargo, sus similitudes tanto técnicas, como estéticas y temáticas con La Petenera andaluza, apuntan más bien a un origen en época colonial o al menos a una posible influencia de la vieja metrópoli.

El personaje
Pero La Llorona es también el nombre de un personaje mitológico del folclore mexicano. Según la tradición, es el fantasma de una mujer que ahogó a sus hijos y que, arrepentida, vaga durante las noches por ríos y ciudades, buscándolos. Su aterrador llanto causa pavor en los que la ven u oyen.
El origen de este personaje se remonta a la época prehispánica, antes de la llegada de los conquistadores españoles a América. Se ha relacionado con varias divinidades femeninas, entre las que podemos desatacar a Cihuacóatl, con la que ya la relacionó fray Bernardino de Sahagún (ca. 1499 – 1590) en el siglo XVI. Dicha leyenda, curiosamente, está directamente emparentada con la profecía dela caída del Imperio Azteca a manos de hombres procedentes de oriente.
Precisamente fue durante la época colonial cuando se forjó definitivamente la leyenda de la Llorona, al mezclarse la tradición indígena con otras tradiciones parecidas llevadas por los españoles.
Más recientemente, tras la independencia, este personaje de la Llorona se ha unido en el imaginario popular a la celebración del Día de Muertos en México (junto con la más moderna Catrina). Aunque también de origen prehispánico, hoy día está asimilado a las festividades católicas de los Fieles Difuntos y de Todos los Santos. Dicha fiesta es hoy uno de los símbolos de la identidad nacional mexicana y fue declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, en 2003.

Curiosidades
La grabación
Este vídeo de La Llorona ha sido grabado en Sevilla (España) con medios domésticos por los artistas Rosanna Franzese y Emilio Guerrero, durante el Estado de Alarma decretado en España a causa de la emergencia sanitaria del COVID-19. Ello ha obligado a que cada uno de los artistas realizara su propia grabación por separado, al no poder salir de sus casas para ensayar y grabar.
Las fotografías
Las fotografías de este vídeo de La Llorona han sido aportadas por la pintora y fotógrafa mexicana, residente en Puebla (México), Alejandra Pérez Alva. Cuando se le propuso la idea de colaborar, no dudó en poner su increíble talento, convirtiendo este proyecto en una propuesta internacional que une dos tierras hermanas a uno y otro lado del Océano Atlántico.

El Día de Muertos
En la celebración del Día de Muertos en México, además de los disfraces, es tradicional montar preciosos altares en los que la gente honra la memoria de sus seres queridos ya fallecidos.
