Coplas al Señor del Calvario – Eduardo Torres/P. Alonso-Morgado

Coplas al Señor del Calvario

[Para coro a tres voces y orquesta.]

(Sevilla, 10 de febrero de 1924)

  • Coro: Dulcísimo Cordero.
  • Copla: Dios por el hombre ha muerto.
  • Coro: ¡Oh milagro divino!

Música sacra.

Autores
  • Música: Eduardo Torres Pérez (1872 – 1934).
  • Letra: Pedro Alonso-Morgado Tallafer (1888 – 1962).
Intérpretes
Orquesta digital, grabación, montaje y edición

Sevilla, miércoles 8 de abril de 2020, Miércoles Santo.

La obra

Las Coplas al Señor del Calvario son una pieza sinfónico-coral de música sacra dedicada al Santísimo Cristo del Calvario, titular de la homónima hermandad de penitencia, con sede canónica en la Real Parroquia de Santa María Magdalena de Sevilla.

Portada de la partitura original manuscrita de las Coplas al Señor del Calvario.
Portada de la partitura original manuscrita de las Coplas al Señor del Calvario.
Los elementos técnicos

La obra está escrita originalmente para coro a tres voces graves (masculinas) y orquesta, formada por la característica sección de cuerda (violines, violas, violonchelos y contrabajos), a la que dan color una flauta, posiblemente un oboe, dos clarinetes, un fagot (o tal vez dos), tres trompas, un trombón y un armonio. Este último instrumento es el que mantiene el carácter sacro en la instrumentación.

La pieza está escrita en compás cuaternario y alterna entre las tonalidades de sol menor y Sol Mayor.

La forma

La composición tiene una estructura abierta en tres secciones, claramente identificadas por las intervenciones vocales y vinculada al desarrollo del texto poético. Si bien la obra tiene absoluta continuidad, esta intención queda absolutamente reforzada por las dobles barras de compás que hay en la partitura manuscrita original.

La primera sección

Corresponde con la primera intervención del coro y se inicia con las cuerdas al unísono y en matiz piano, exponiendo el primer tema, en sol menor, al que sigue una breve sección de desarrollo a modo de puente, en la que van sumándose el resto de instrumentos. A esto le sigue la primera intervención del coro, re-exponiendo el tema completo al unísono y sólo acompañado por evocadoras llamadas de las trompas. Finalmente, se repite ampliado todo todo el tema, en forte, con el coro a tres voces y toda la orquesta, pero con la segunda parte del tema en Sol Mayor y con una mayor variedad de matices. Cierra la sección una coda muy delicada, en la que se juega con giros modales (mixolidio o tetrardus  y frigio o deuterus mayorizado) que aportan variedad a las repeticiones temáticas.

La segunda sección

Comienza, tras una clara cesura, con un motivo del concertino (violín solista), en  si eólico mayorizado, al que responde la voz solista con una llamada a capella en la que se intuye el giro hacia el modo frigio mayorizado, pero a la que responde de nuevo el concertino, girando de nuevo hacia la dominante de Mi Mayor. A esto le sigue un diálogo entre la voz solista y la flauta, luego el clarinete y finalmente el concertino, que nos llevan en una progresión modulante hacia mi menor, tono en el que cadencia una idiomática fermata del solista.

Tras esto, se inicia un pasaje mucho más rítmico en el que la voz solista desarrolla un nuevo tema a modo de aria operística mucho más cantabile, en el que con diversas inflexiones vamos volviendo progresivamente hacia sol frigio mayorizado. Durante este pasaje, la voz se ve acompañada de bellísimas frase contrapuntísticas de la flauta, el clarinete, las violas, los violonchelos o los violines.

La tercera sección

Sin solución de continuidad, se inicia la sección final con un gran crescendo que nos lleva al apoteósico tutti final en Sol Mayor, en el que poderosos acordes de toda la orquesta acompañan de nuevo al coro a tres voces que entona la estrofa final, a modo de estribillo.

Última página del guión de dirección manuscrito ológrafo de las Coplas al Señor del Calvario con la firma de Eduardo Torres Pérez (1872 - 1934).
Última página del guión de dirección manuscrito ológrafo de las Coplas al Señor del Calvario con la firma de Eduardo Torres Pérez (1872 – 1934).
El estilo

Estilísticamente, las Coplas al Señor del Calvario pertenecen al estilo musical del Nacionalismo que algunos llaman Progresivo. Se caracteriza por inspirarse en las tradiciones, historia y costumbres de un determinado territorio, en este caso de España, Andalucía y concretamente Sevilla. En una primera fase de este estilo, los autores se centraron en citar directamente temas musicales extraídos del folclore. Sin embargo, en una segunda fase más avanzada, a la que pertenece esta obra, los compositores recurrieron a métodos más sutiles, creando temas originales, pero muy cercanos a las músicas tradicionales.

En este sentido, podemos destacar en estas Coplas el uso de escalas modales, como el modo frigio mayorizado, tan característico del Flamenco; o cierto aire de marcha procesional al más puro estilo sevillano, como hubieran hecho reconocidos autores contemporáneos de nuestra obra, como Manuel López Farfán (1872 – 1944) o los hermanos Manuel (1889 – 1936) y José Font de Anta (1892 – 1988).

Pero también pueden apreciarse en la obra detalles propios del Impresionismo musical como la ambigüedad modal, la difuminación del ritmo (mediante la mezcla simultánea de células rítmicas opuestas, en este caso binarias y ternarias) o una rica orquestación plagada de sutilezas y complejos empastes que pueden recordarnos perfectamente al mismísimo Maurice Ravel (1875 – 1937).

El texto

La letra de las Coplas al Señor del Calvario se divide en tres secciones, de forma paralela a la estructura formal de la música. En la primera sección, coral, se cantan los siguientes versos, que funcionan como introducción:

Dulcísimo Cordero,

divino Redentor,

quisiste en un madero

morir por nuestro amor.

Las coplas, estrictamente hablando, son un total de cinco, cantadas seguidas por el solista con los siguientes versos:

Dios por el hombre ha muerto

y una lumbre divina

el Calvario ilumina

de radiante esplendor.

– – –

Esa luz es el puerto,

esa lumbre es el faro,

el refugio, el amparo

del triste pecador.

– – –

¡Oh Pan sin levadura!

Cordero de la cena,

rompiste la cadena

de nuestra esclavitud.

– – –

Para darnos soltura,

te hiciste prisionero,

moriste en un madero

para darnos la salud.

– – –

Señor, eres camino

y de ultrajes te llenan,

verdad y te condenan,

vida y mueres de amor.

Concluye el texto con una nueva intervención coral, a modo de estribillo, con la última estrofa poética que dice:

¡Oh milagro divino!

Cristo crucificado,

¡Oh corazón sagrado,

todo amor y piedad!

Todas las estrofas están formadas por cuatro versos heptasílabos con rima consonante en los versos segundo y tercero, y dejando sueltos primero y cuarto; si bien, algunos de estos últimos se encadenan repitiendo su rima en siguientes estrofas. Parece tratarse, pues, de una variante de la redondilla. Tan sólo en la estrofa introductoria encontramos una variante, al establecerse la rima entre los versos pares; por lo que se corresponde con la llamada cuarteta heptasílaba, de origen medieval.

Se mezclan, por lo tanto, en el texto, elementos populares (versos de arte menor) y cultos (rima consonante), modernos (versos sueltos y otras variantes) y antiguos (cuarteta heptasílaba medieval).

Los autores

Las Coplas al Señor del Calvario fueron escritas por un tándem de artistas que si bien no gozan de mucha fama, realmente merecerían un reconocimiento mucho mayor, como creadores de primera fila en el panorama nacional (e incluso internacional) de su época, tal y como veremos a continuación.

Compositor

Eduardo Torres Pérez fue un compositor nacido en Albaida (Valencia) en 1872 y fallecido en Sevilla en 1934. También ejerció como organista, crítico musical (en el diario ABC), profesor de música y director de coro y orquesta. Su condición de sacerdote le permitió ser maestro de capilla de las catedrales de Tortosa (1895) y Sevilla (1910 hasta su muerte).

Fue un gran amigo de Manuel de Falla (1876 – 1946). Esto le permitió conocer las importantísimas novedades musicales del París de principios del Siglo XX, a pesar de no abandonar sus labores catedralicias. Gracias a ello, fue de los primeros compositores en incorporar a la música sacra estilos aparentemente tan alejados de ésta como el Impresionismo o el Nacionalismo.

Fue un prolífico compositor de música religiosa de gran profundidad y complejidad, si bien, su más conocida obra es una breve pieza de carácter popular: Salve Madre, que seguro muchos habrán entonado en toda España en distintos actos en honor de la Virgen María.

Eduardo Torres Pérez (1872 - 1934), compositor y maestro de capilla de la Catedral de Sevilla, autor de la música de las Coplas al Señor del Calvario.
Eduardo Torres Pérez (1872 – 1934), compositor y maestro de capilla de la Catedral de Sevilla, autor de la música de las Coplas al Señor del Calvario.
Letrista

Pedro Alonso-Morgado Tallafer fue un poeta sevillano nacido en 1888 que falleció en La Palma del Condado (Huelva) en 1962. Su vinculación a las artes le vino de la mano de su padre, el pintor Antonio Alonso-Morgado (ca. 1850 – 1889); mientras que el acercamiento al mundo religioso le llegó a través de su tío José Alonso-Morgado (1834 – 1907), historiador, erudito, sacerdote y bibliotecario del Palacio Arzobispal de Sevilla. También ejerció como abogado, periodista (redactor jefe de El Correo de Andalucía) y Secretario del Ayuntamiento de La Palma del Condado (Huelva). Fue allí donde residió desde 1922 hasta su muerte, donde se casó y tuvo cuatro hijos.

Su estilo literario se vincula especialmente hacia el costumbrismo nacionalista, desarrollando temas propios de las tradiciones y el folclore sevillano y andaluz, como la Semana Santa o El Rocío. Tuvo una gran influencia del celebérrimo premio Nobel Juan Ramón Jiménez (1881 – 1958) y, por los testimonios que se conocen, parece que la admiración fue mutua.

La mayor parte de su obra la publicó en vida sólo fragmentariamente a través de su trabajo en la prensa. Recientemente este autor ha cobrado renovado interés y se están publicando muchas de sus creaciones.

Pedro Alonso-Morgado Tallafer (1888 - 1962), poeta, periodista y abogado sevillano autor de la letra de las Coplas al Señor del Calvario.
Pedro Alonso-Morgado Tallafer (1888 – 1962), poeta, periodista y abogado sevillano autor de la letra de las Coplas al Señor del Calvario.

Curiosidades

La hermandad

Las Coplas al Señor del Calvario fueron compuestas para la Pontificial y Real Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo del Calvario y Nuestra Señora de la Presentación, corporación fundada en 1571 en la sevillana Parroquia de San Ildefonso por la comunidad de mulatos, esclavos y libres, de la ciudad. Dicha organización subsistió hasta bien entrado el siglo XVIII, pero ante la falta cada vez mayor de gente de la etnia fundadora original, fue languideciendo, a la vez que la ciudad perdía su pujanza económica y su influencia en el panorama internacional. En 1794 se dio por extinta la cofradía, momento en el que se derribó el primitivo templo medieval en el que residía.

 En 1886 se reorganizó la hermandad en el nuevo templo de San Ildefonso, construido en estilo Neoclásico (1794 – 1841) consagrado en 1816, volviendo a dar culto externo a la primitiva imagen del Crucificado, al que se añadieron nuevas imágenes de la Virgen de la Presentación y San Juan Evangelista, atribuidas al escultor Juan de Astorga (1779 – 1849). La renovada hermandad, ya desvinculada de su inicial carácter étnico, cambió posteriormente de sede, primero a San Gregorio (1908) y después a Santa María Magdalena (1916), donde continúa hasta la actualidad.

Tradicionalmente la cofradía realizaba su estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral de Sevilla en la tarde del Miércoles Santo. Sin embargo, a raíz de su reorganización pasó a hacerlo en la Madrugada del Viernes Santo, tal y como lo hace en la actualidad.

Perspectiva de la Real Parroquia de Santa María Magdalena de Sevilla en la que se pueden apreciar su órgano (a la derecha) y las enormes dimensiones de la misma, así como la exuberancia de su decoración barroca.
Perspectiva de la Real Parroquia de Santa María Magdalena de Sevilla en la que se pueden apreciar su órgano (a la derecha) y las enormes dimensiones de la misma, así como la exuberancia de su decoración barroca.
La imagen

La imagen a la que van dedicadas las Coplas al Señor del Calvario es el Santísimo Cristo del Calvario, una obra escultórica de madera policromada realizada por el imaginero Francisco de Ocampo y Felguera (1579 – 1639) entre 1611 y 1612, en el estilo propio de la escuela sevillana de ese tiempo: el Clasicismo Manierista. Hasta que en 1940 fue descubierta su verdadera autoría, la obra fue atribuida a Juan Martínez Montañés (1568 – 1649), uno de los más insignes escultores de todos los tiempos, lo que habla muy a las claras de la enorme calidad artística de la obra. Es interesante destacar que en el pasado esta imagen fue conocida con el nombre de Cristo de los mulatos.

Santísimo Cristo del Calvario, obra De Francisco de Ocampo (1579 - 1639), realizada entre 1611 y 1612. A esta imagen están dedicadas las Coplas al Señor del Calvario.
Santísimo Cristo del Calvario, obra De Francisco de Ocampo (1579 – 1639), realizada entre 1611 y 1612. A esta imagen están dedicadas las Coplas al Señor del Calvario.
La funcionalidad

Las Coplas al Señor del Calvario fueron creadas expresamente para los cultos del Santísimo Cristo del Calvario. Así, desde su estreno, se han interpretado ininterrumpidamente durante el Solemne Quinario y Función Principal de Instituto que la Hermandad celebra en honor de su titular.

Espectacular altar de Quinario que cada año se levanta en honor al Santísimo Cristo del Calvario en la Real Parroquia de Santa María Magdalena de Sevilla.
Espectacular altar de Quinario que cada año se levanta en honor al Santísimo Cristo del Calvario en la Real Parroquia de Santa María Magdalena de Sevilla.
La interpretación

La obra original fue escrita para orquesta y coro de voces graves (masculinas). El motivo del uso sólo de voces masculinas es que en la Archidiócesis de Sevilla estaba prohibido por aquel entonces el canto de las mujeres en las celebraciones religiosas, salvo lógicas excepciones. Pasado el tiempo, cuando se levantó dicha prohibición, la obra pasó a interpretarse en numerosas ocasiones con un coro de voces mixtas (masculinas y femeninas).

También la parte instrumental ha recibido numerosos tratamientos. Así, aunque la versión original es para orquesta, también es interpretada en numerosas ocasión en versiones reducidas para órgano o armonio. No en vano, el propio templo de Santa María Magdalena cuenta con estos instrumentos.

En la versión que aquí presentamos, la orquesta ha sido recreada digitalmente, reproduciendo fielmente la partitura original manuscrita del autor conservada en el archivo de la Hermandad (signatura A.H.C. 53/2). A ello, el musicólogo Francisco de Asís Manzanero Osuna ha añadido una parte de clarinete primero que no se conserva, pero que se puede reconstruir a partir del guión de dirección conservado, y otra parte reconstruida para oboe, pues tras el estudio profundo de la partitura es muy posible que también se haya perdido dicho papel.

Para las voces, en esta ocasión femeninas, ha sido la cantante Rosanna Franzese la que ha realizado todas ellas. El motivo es que el Estado de Alarma decretado por el Gobierno de España durante la primavera de 2020 a causa de la pandemia COVID-19 no ha permitido contar con otros cantantes. El resultado más novedoso es que el característico solo de tenor ha pasado a ser interpretado por una soprano.

Los autores

Eduardo Torres Pérez fue un prolífico compositor que no sólo se ciñó al género religioso, propio de su cargo, sino que también compuso varias zarzuelas que creó bajo el pseudónimo Matheu, segundo apellido de su íntimo amigo Manuel de Falla. Y es que en aquel entonces hubiera sido un auténtico escándalo saber que un sacerdote escribía música para los teatros. Curiosamente, Antonio Vivaldi (1678 – 1741), mucho antes, ya hizo lo mismo, pero no tuvo que verse obligado a esconderse bajo un apodo. También es interesante conocer que el maestro Torres fue hermano de la Hermandad del Calvario.

En la localidad de La Palma del Condado existe una plaza dedicada a Pedro Alonso-Morgado Tallafer. Así mismo, la localidad onubense concede un premio literario que lleva su nombre.

La dedicatoria

La presente grabación de las Coplas al Señor del Calvario ha sido realizada por Francisco de Asís Manzanero Osuna y Rosanna Franzese, hermanos de la Hermandad del Calvario, para reconfortar a sus hermanos en Cristo durante la atípica Semana Santa de 2020, en la que ninguna cofradía sevillana ha podido hacer estación de penitencia.

Así mismo, ha sido dedicada a don Manuel Huelva Florido y don Manuel Cruz Freire, recientemente fallecidos, grandes cofrades que ocuparon el cargo de Hermano Mayor del Calvario en distintos momentos de su historia.

Los medios y el resultado son modestos, pero la intención está llena de cariño y emotividad.

El Santísimo Cristo del Calvario (1611 - 1612), imagen a la que están dedicadas las Coplas al Señor del Calvario, en su paso procesional durante la Madrugada del Viernes Santo.
El Santísimo Cristo del Calvario (1611 – 1612), en su paso procesional durante la Madrugada del Viernes Santo.

Related Posts